Cocinar y el buen comer supone un encuentro familiar y a su vez, protege la salud. Puede crear un momento divertido en la cocina. Una dieta equilibrada, con recetas sencillas, levanta el ánimo y permite que los niños disfruten mediante la enseñanza de habilidades culinarias.
La cocina como escuela
1. Elija recetas fáciles de preparar, las recetas muy laboriosas pueden desmotivar al menor.
2. Invite al niño/a a hacer la compra. Es importante vincularlos desde el primer paso, por ejemplo, realizar la lista de la compra.
3. Deje que el niño/a esté en la cocina. Para muchos adultos la simple idea de compartir la cocina con los menores les produce ansiedad. Los niños pueden estar en la cocina siempre y cuando, estén vigilados.
4. Antes de preparar una receta debe especificar las tareas del menos para así contribuir a su motivación. Ejm: remover, decorar, poner la leche, echar el tomate, rebozar la carne, etc.… Siempre y cuando no exista peligro alguno.
5. Enseñe al niños a comer sano, si lo hace desde pequeño mantendrá el hábito cuando sea mayor. Explíquele qué contiene cada ingrediente y por qué es importante en la receta la cual van a elaborar.
6. Nunca diga “NO”. Hay que dejar que el niño pruebe, toque, se manche y huela. Supervise el trabajo pero sin exigir demasiado. La práctica le enseñará a ser más cuidadoso.
7. Cuando tu futuro cocinero desee preparar una receta solo, no le desanimes. Déjale que tome el mando con una receta que pueda hacer él mismo.
Con lo que aprenden en la cocina, los niños también aprenderán a planificar, decidir, valorar, medir, a responsabilizarse, y a su vez, a compartir una actividad con su familia.
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