martes, 10 de enero de 2012

TRASTORNOS ALIMENTICIOS

ANOREXIA INFANTIL.
La anorexia es un trastorno de la alimentación que se caracteriza porque el niño, aunque tenga apetito, se niega a comer. Los niños y niñas con anorexia tienen inapetencia, sin una razón aparente.
Las personas con anorexia están obsesionadas por ser delgadas. No quieren comer y tienen miedo de aumentar de peso. Tienen una imagen completamente diferente y disconforme de sí misma. Pueden estar continuamente preocupadas por cuántas calorías ingieren y por cuánta grasa tiene lo que comen. Pueden tomar tabletas para dieta, laxantes o diuréticos para bajar de peso. Pueden hacer demasiado ejercicio. Los anoréxicos usualmente piensan que están gordos a pesar de que están muy delgados. Las personas con anorexia pueden llegar a estar tan delgadas que pueden parecer como que están enfermas.
Causas de la anorexia en los niños
Este grave trastorno de la conducta alimentaria tiene tres tipos de causas:
1- Psicológicas- sobre todo cuando hay una relación conflictiva con la madre o cuando la madre o alguna otra persona de la familia también es anoréxica. Los niños suelen imitar estas conductas.
2- Orgánica- debido a una enfermedad subyacente que provoca inapetencia. En este caso, hay que identificar y curar esta enfermedad.
3- Funcional- una alteración en el desarrollo del hábito alimentario. Los malos hábitos de alimentación pueden llevar a los niños a la anorexia.
Tratamiento anorexia
Reeducación de los hábitos alimentarios del niño. Y en los demás casos, consulta a un médico especialista. Los Trastornos de la Conducta Alimentaria de grado clínico o cerca de convertirse en comportamientos extremos requieren ser atendidos por un agrupo de profesionales preferiblemente con experiencia.
El tratamiento más duradero y efectivo para los Trastornos de la Conducta Alimentaria es alguna forma de psicoterapia con atención médica maneto nutricional. Idealmente este tratamiento debe ser individualizado y variar de acuerdo a la severidad del desorden y de los problemas particulares, necesidades y capacidades del paciente y su familia.
El tratamiento típico se basa en el paciente pero también incluyen terapias individuales, de grupo y de familia. Medicamentos psiquiátricos, grupos de apoyo, o terapias informativas sobre nutrición son tratamientos adjuntos que pueden ser beneficiosos para algunos pacientes.
La hospitalización se recomienda cuando el Trastorno de la Conducta Alimentaria ha causado problemas físicos que pueden poner en peligro la vida de la persona o cuando Trastorno de la Conducta Alimentaria está asociado con severas disfunciones psicológicas o de la conducta.
En algunos casos el tratamiento puede convertirse en una larga y costosa batalla. A veces, a pesar de los mejores esfuerzos, el tratamiento podría resultar no exitoso. En estos casos los individuos se mantienen crónicamente sintomáticos o aún más trágico la muerte puede ocurrir como resultado del daño físico o psicológico. Por esta razón el mejor tratamiento implica la prevención de estas complicaciones.
BULIMIA.
La bulimia nerviosa es un trastorno alimenticio caracterizado por comer fuera de control seguido por algún tipo de purga. Normalmente acompaña a un miedo patológico a subir de peso conduce a la restricción de alimentos, seguida por la necesidad de garganta en respuesta al hambre extrema. El aporte calórico excesivo conduce a la necesidad percibida de purga. Con la bulimia, el comer se convierte en sensación de irregularidad y se siente fuera de control.
La bulimia en niños es un resultado de la confluencia de diversos factores, tanto química y ambiental. Las personas nacen con una predisposición hereditaria a la bulimia en desarrollo, especialmente donde la adicción está en los genes. En los niños bulímicos se experimenta la lucha más dura en la toma de una recuperación completa son los que sufren de falta o carencias emocionales. Existe una correlación significativa entre el desarrollo de la bulimia nerviosa clínica y el abuso sexual también ha sido probada.
Además de la genética, los factores ambientales pueden contribuir a desencadenar la aparición de la bulimia en niños. Estas incluyen presiones de los compañeros, las actitudes de la familia, la influencia de los medios de comunicación creando la necesidad de la delgadez, baja autoestima y una falta de aceptación de uno mismo y la forma del cuerpo. Además, los malos hábitos alimenticios pueden ser el comienzo de un problema que con el tiempo puede extenderse a la bulimia.
Tratamiento bulimia:
Consiste en corregir y prevenir las complicaciones nutricionales y aquellas derivadas del uso de diuréticos o laxantes. Dado que las pacientes con esta patología tienen un peso habitualmente normal, la educación nutricional tiene los siguientes objetivos:
  1. Volver a una alimentación normal (ordenada) y relajada, lo que debe incluir todo tipo de alimentos, incluso aquellos alimentos ingeridos durante los episodios de atracones.
  2. Evitar los períodos de restricción alimentaria o ayuno prolongado.
  3. Aprender a tolerar un peso tal vez mayor al deseado.
El énfasis de la educación nutricional por lo tanto, está en disminuir los episodios de atracones y evitar de esa manera los vómitos o las otras conductas compensatorias.
La bulimia y la anorexia son el más letal de todos los trastornos de salud mental, causando la muerte o la mutilación de seis a trece por ciento de sus víctimas, el 87 por ciento de los cuales son personas menores de veinte años de edad y un 13% niños de menos de 12 años de edad.
OBESIDAD INFANTIL.
Se trata de un proceso metabólico en el que se produce una acumulación de grasa excesiva en relación con el promedio normal que corresponde a cada niño, según su edad, sexo y talla. Es decir, la obesidad aparece porque el aporte de energía mediante la ingesta de alimentos supera el gasto, y el excedente se almacena en el organismo como tejido graso. Para saber si un niño es obeso se debe tener en cuenta el índice de masa corporal, que se calcula con el peso y la altura. Este problema sólo afectaba al 5% de los niños españoles hace quince años, pero en la actualidad 16 de cada 100 menores padecen sobrepeso.
Existen muchos factores que influyen en este problema, pero principalmente se han producido importantes cambios en nuestro estilo de vida. Los niños ven mucho más la televisión y llevan una vida más sedentaria. La calidad del juego es distinta porque no hacen ejercicio físico mientras se entretienen con el ordenador y los videojuegos. Pero, sobre todo, influyen los cambios en los hábitos nutricionales con un mayor consumo de azúcares refinados, lo que llamamos bollería industrial o chucherías. Por otro lado, las grasas asociadas a la comida basura, comida rápida o precocinada, sustituyen a las ensaladas, verduras y comida tradicional. Se podría resumir en que se ha sustituido de la dieta mediterránea por la 'dieta supermercado', demasiado rica en hidratos de carbono y grasas saturadas.
Tratamiento obesidad:
El método usado para tratar la obesidad infantil se basa fundamentalmente en la combinación de una limitada dieta con el aumento de la actividad física, la educación nutricional y el cambio de conductas. Pero todo eso solo será efectivo si el niño cuenta con el apoyo y el estímulo de su familia. La terapia de conducta del niño empieza con el aprendizaje de autocontrol.
Para que la dieta surta efecto es necesario que el niño reciba estímulos y refuerzo social, a través de mensajes positivos, para que él pueda mejorar su autoestima y sentirse más seguro de sí mismo. En otras palabras, el trabajo inicial se basa especialmente en el combate a la ansiedad y al abatimiento, sentimientos que pueden provocar un aumento de peso de un niño.
Es importante conocer los hábitos alimentares y conductuales del niño y de la familia. Saber lo que comen, los intervalos de una comida a otra, el ejercicio que realizan, bien como sus costumbres cuanto al ocio. A partir de eso se puede detectar mejor lo que provoca la obesidad del niño. Los cambios de hábitos a través de la terapia conductual es un componente imprescindible en el tratamiento del niño con sobrepeso.

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