Una
dieta rica y saludable requiere dedicación y conocimiento. Los alimentos
propios de cada estación se convierten en una dieta más variada y nutritiva a
parte de poseer un sabor más destacado. Las frutas y verduras del verano
contienen mucha agua, esencial para la deshidratación. Las del otoño e invierno
contienen más vitamina C, para evitar de forma natural resfriados y demás
enfermedades típicas de dichas estaciones que nos impiden llevar el ritmo
diario más acelerado que conlleva. Y las de primavera que gracias a su variedad
de colores nos aportan muchas otras vitaminas esenciales.
La
naturaleza es sabia y nos ofrece a la perfección qué tipo de alimentos debemos
ingerir en cada época del año ya que, por el cambio del clima necesitamos
variar la dieta para poder adaptarnos al medio por ello, es esencial conocer y
aprender los alimentos más adecuados para llevar a cabo una dieta rica y
saludable los trescientos sesenta y cinco días del año. Y en especial los
niños, los cuales son más vulnerables a contraer enfermedades derivadas de una
nutrición escasa de aportes esenciales.
Las
frutas del otoño y el invierno
El
otoño y el invierno son unas estaciones
donde la granada, la naranja, la mandarina y la uva son las frutas protagonistas. El
ácido cítrico que contiene la granada y los cítricos estimulan la acción de la
vitamina C, aparte de poseer una acción desinfectante. Por otro lado, la uva
presenta un alto aporte de hierro esencial para afrontar el día a día con
energía. Y no hay que olvidar los frutos secos: castañas y nueces propias de
esta temporada.
Verduras
del otoño e invierno
Las setas
que son un alimento rico en proteínas vegetales que proporcionan un alto valor
en vitamina B y minerales como el yodo; Las
coles de Bruselas, las cuales son ricas en vitamina C y ácido cítrico que estimulan
la acción del sistema inmunológico y previenen variedad de enfermedades; Las berenjenas que contienen muy pocas
calorías y estimulan el buen funcionamiento del hígado; La coliflor, el calabacín y la alcachofa que presentándolas de
forma divertida con carnes, rebozadas, en cremas… Podemos estimular el apetito
de los niños y contribuir a su consumo.
Dieta
primaveral
La
primavera es una temporada que antecede al verano. Debido al clima tan
agradable los niños suelen hacer más deporte, por tanto, debemos aportarle más
energía y calorías para mantener el ritmo.
A
continuación hemos elaborado una “mini guía” para esta dieta primaveral:
1. Desayuno
La leche que es un
alimento básico en cualquier dieta, cereales, cacao, con estos elementos
obtendrán energía suficiente para afrontar las primeras hora de un nuevo día.
También es aconsejable incluir fruta, como alternativa podemos licuarla
consiguiendo batidos de colores muy atractivos para los niños.
2. Comidas
Cuanto más verde mejor,
las verduras frescas y legumbres también son aconsejables para acompañar
carnes, pescados o huevos. Para que los niños lo coman a veces tendremos que
hacer uso de nuestra imaginación para presentarle platos que animen a su
consumo.
3. Meriendas
Para las meriendas es
ideal un bocata de embutido bajo en sal como es por ejemplo, el pavo, u otros
también bajos en sal. Es ideal acompañarlo con un batido de frutas o de cacao o
un yogur.
4. Cenas
Lo ideal un menú ligero, caldos,
puré de verduras, ensaladas con: lechuga, pepino, tomates y otros vegetales
típicos de la estación. Un filete empanado, unas pechugas serían un buen
segundo plato.
No
hay que olvidar la hidratación, beber mucho agua favorece a evitar estado de
deshidratación y al buen funcionamiento renal e intestinal.
Alimentación
verano
La
alimentación es tan importante como lo es el sueño y las actividades deportivas
para
que
los niños gocen de buena salud. Por ello también debemos aportar alimentos
refrescantes como lo son las frutas de temporada como son: melocotón, ciruelas,
sandía, melón… Las cuales podemos presentar partidas en trocitos con zumos en
forma de macedonia o leche o yogur.
Las
verduras presentadas en cremas frías acompañadas de queso, gazpachos o
salmorejos son fundamentales en estas dietas.
Consejos
Aprovechando
el calor peculiar propio del verano aconsejamos elaborar helados y sorbetes
caseros combinados de frutas, leche y yogur, los cuales resultan altamente
atractivos para los niños y es una buena escusa para que lo ingieran
aportándoles las vitaminas y minerales esenciales.
Es
importante que se respeten los horarios para comer, es aconsejable continuar
con las rutinas alimenticias ya que es muy importante para regular el apetito
de los niños. Evite las comidas con prisas y a distintas horas.
Otro
aspecto a tener en cuenta es el respeto a las digestiones. Dependiendo del tipo
de comida se debe respetar el periodo de digestión antes de meterse en el agua
o realizar cualquier actividad física. Se debe esperar al menos una hora y
media. Un corte de digestión presenta síntomas como: dolor estomacal, náuseas,
vómitos y pérdida de conocimiento.
Mantener
la merienda también es un punto a tener en cuenta ya que evita las bajadas de
glucosa ya que esta estación requiere que los niños estén más en activo en la
playa, piscina… Unos buenos bocadillos acompañados de zumos, leche… Son buenas
alternativas para complementar la alimentación de verano de los niños.
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